sábado, 20 de febrero de 2016

Reflexión sobre el texto de Carbonell Sebarroja: El profesorado y la innovación educativa

Cuando hablamos de innovación nos referimos a un proceso muy complejo y que está sujeto a varias lecturas e interpretaciones. También se asocia al termino de ‘’renovación pedagógica’’ y cuyo fin principal es provocar cambios en el modelo educativo actual, modificando los métodos e intervenciones y transformando los procesos de enseñanza-aprendizaje. La innovación tiene un componente ideológico, cognitivo, ético y afectivo que busca el desarrollo individual de la persona y las relaciones entre la teoría y la práctica en el ámbito educativo, aspecto muy importante para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este proceso a su vez, lleva consigo una gran implicación y responsabilidad por parte del maestro para que la innovación sea firme. Se pueden diferenciar dos modelos de innovación educativa. El modelo conservador y el progresista. El primero, defiende un enfoque técnico-academista en el cual los pilares fundamentales son la competitividad de los alumnos, la desigualdad entre unos y otros, la homogenización y la visión de la escuela como una empresa. Una escuela que mida su eficacia y eficiencia y no les forme como personas sino más bien como máquinas. El segundo, completamente diferente, persigue crear y desarrollar en los alumnos el pensamiento crítico de forma que construyan su identidad propia y se formen como personas. Fomentando la educación integral de los alumnos y creando una escuela más cotidiana, creativa e integradora. Respecto a estos modelos, no suele darse uno de ellos de forma aislada, sino una combinación entre ambos.

El camino de la innovación no ha sido un camino de rosas ni mucho menos, debido a que ciertos factores han influido de forma negativa impidiéndola o dificultándola. Entre esos factores estarían entre otros, las duras críticas de neoconservadores y neotradicionales que han culpado de todos los males de la escuela actual a las propuestas innovadoras; los excesos idealistas, pragmáticos y fundamentalistas que han manipulado las propuestas innovadoras por no ir encaminadas hacia el aprendizaje de contenidos y no se han dado cuenta de que hay que adaptarse a las nuevas demandas del sistema escolar; las apuestas por la revisión crítica de los clásicos y la búsqueda de nuevas propuestas innovadoras… En definitiva todo esto y otros muchos factores han provocado que se tenga una cierta desconfianza y resistencia a la innovación. También podemos señalar como culpables de esta obstaculización a la innovación, a la inercia institucional o la predisposición a continuar trabajando tal como se ha hecho toda la vida, al individualismo o al apego del profesor al aula como territorio particular, al corporativismo o a los interés particulares de un colectivo; a la formación del profesorado, a su capacitación y predisposición al cambio, a las lagunas en su formación inicial y permanente; a la falta de apoyo, interés e inversión en educación por parte de los poderes públicos; a la falta de coordinación, consenso y confianza de los equipos educativos; a la gran carga de trabajo del profesorados impuesto por las Administraciones… y una larga lista que podría continuar. Resulta indignante que todo esto no nos permita avanzar en educación en pleno siglo XXI.

Al margen de las múltiples trabas que tenemos para innovar, ¿Qué es necesario para que se produzca Innovación? Pues es necesario mantener un equilibrio entre las prioridades de desarrollo de la escuela y el desarrollo de la autonomía. Además, tendría que ser aprobada por todo el profesorado llevando a cabo una investigación y reflexión como primera persona al respecto. Para que sea factible, también se necesita la ayuda del profesorado tanto en calidad como en cantidad y ser capaces de asumir tanto el riesgo como la incertidumbre que ésta puede conllevar, ya que los resultados no se empiezan a observar hasta medio o largo plazo. También se busca con ella, relacionar la teoría con la práctica y defender dicha propuesta hasta que se llegue a su éxito. Para que haya una innovación, esta se tiene que adecuar al tiempo en el que nos encontramos y además adaptarse a la escuela, donde la función de esta es que los alumnos piensen y reflexionen por ellos mismos a la vez que se adapta a las necesidades e intereses de estos. También debe estar reflejada en el PEC, puesto que este instrumento es el que recoge todas las normas, metodología, filosofía y características del centro. También como se ha señalado anteriormente, debe contar con la participación y el respaldo de todo el profesorado, y a su vez compartir esa innovación con el entorno para que el resto de familias e instituciones conozcan estas nuevas metodologías de aprendizaje y las comprendan y entiendan para que posteriormente no sean reacios a ellas. El profesor es una figura imprescindible en la innovación. El profesor innovador, tiene que ser profesional en su labor y por ello, actuar ante las desigualdades y discriminaciones que detecte. Debe acompañar al alumno en su aprendizaje y ayudarlo siempre que sea necesario, comprometerse con los cambios en las prácticas educativas asumiendo el beneficio de la duda y el riesgo, manifestar entusiasmo en la innovación, convertir los problemas en oportunidades y sobre todo y lo que más caracteriza a un profesor innovador, mantener y tener la mente abierta para validar la innovación. Siendo en todo momento coherente y consecuente con sus actos y sintiendo pasión y alegría por transmitir conocimiento y ser realista.

En conclusión, este texto nos ha informado sobre en qué consiste la innovación educativa, cuáles son sus modelos y características, cuáles son los aspectos que dificultan, impiden y obstaculizan la innovación; cuáles serían los aspectos que la fomentarían, qué tipo y dónde están las innovaciones y por último, cómo debe ser el profesor innovador y el gran papel que tiene en torno a la innovación educativa. En definitiva, este texto nos prepara y nos informa para que en un futuro como maestras sepamos y nos sea más fácil abordar esta innovación educativa, ya que es un aspecto muy importante en la educación actual y tenemos que estar plenamente formados en ella.

De este texto tan interesante, nos gustaría destacar esta frase que ha tenido gran significado para nosotras: ‘’El objetivo de la escuela no es solo organizar bien las cabezas de los futuros ciudadanos, sino también convertirlos en buenas personas; no se quieren cabezas llenas sino bien amuebladas y corazones sensibles y abiertos a otras personas’’. Resaltamos esta frase respecto del resto, porque creemos que lo fundamental de toda escuela aparte de transmitir unos conocimientos, es la inculcación constante de una educación en valores, puesto que los alumnos deben aprender a ser solidarios, tolerantes, empáticos…y en definitiva buenas personas para poder enfrentarse a la vida como persona en toda su plenitud y no como mera persona que retiene mucho contenido pero que trasladado a la práctica no sabe cómo utilizarlo ni desenvolverse con el mundo.

Antes de concluir, nos gustaría plasmar una última reflexión que nos ha suscitado este texto y algunas preguntas que nos han surgido. Pensamos que si no se sensibiliza a toda la sociedad del cambio necesario que necesita la educación en sus métodos de enseñanza continuaremos años y años formando a personas que aprenderán contenidos y sabrán mucho pero no sabrán después enfrentarse a la vida, al día a día, porque únicamente nos preocupamos de que las personas sepan mucho pero no de que sean críticas, que analicen lo que ocurre en el entorno, que reflexionen, que tomen una postura ante determinas situaciones, que sepan defenderse ante injusticias… Y creemos que es necesario que la educación tome otro rumbo y se aproxime hacia un cambio que lleve consigo  diferentes ideas, procesos, estrategias, metodologías…Porque nuestra sociedad cambia y debemos adaptarnos a esos cambios y eliminar todo lo que ya no es útil. Para ello por supuesto, se necesitan profesores que tengan esa nueva visión y que la transmitan a las familias, al entorno, a las administraciones…y al mundo en general. Y que todos en conjunto reivindiquen ese cambio porque de lo contrario, nos encontraremos en un mundo que seguirá avanzando y nuestra sociedad no sabrá adaptarse a él.

Las preguntas que nos han surgido tras esta lectura han sido:

-   - ¿Los profesores que no quieren apostar hacia el cambio por ‘’comodidad’’ deberían continuar trabajando en el sistema educativo?
-        - ¿Responden las instituciones educativas actuales a las demandas del futuro?
-      -  ¿Cómo se puede potenciar y motivar a los profesores para que se lancen a innovar en sus aulas?

-       - ¿Desde dónde debe empezar el cambio: desde la escuela o desde las administraciones?

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