Cuando hablamos de innovación nos
referimos a un proceso muy complejo y que está sujeto a varias lecturas e
interpretaciones. También se asocia al termino de ‘’renovación pedagógica’’ y
cuyo fin principal es provocar cambios en el modelo educativo actual,
modificando los métodos e intervenciones y transformando los procesos de
enseñanza-aprendizaje. La innovación tiene un componente ideológico, cognitivo,
ético y afectivo que busca el desarrollo individual de la persona y las relaciones
entre la teoría y la práctica en el ámbito educativo, aspecto muy importante
para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este proceso a su vez,
lleva consigo una gran implicación y responsabilidad por parte del maestro para
que la innovación sea firme. Se pueden diferenciar dos modelos de innovación
educativa. El modelo conservador y el progresista. El primero, defiende un
enfoque técnico-academista en el cual los pilares fundamentales son la
competitividad de los alumnos, la desigualdad entre unos y otros, la
homogenización y la visión de la escuela como una empresa. Una escuela que mida
su eficacia y eficiencia y no les forme como personas sino más bien como
máquinas. El segundo, completamente diferente, persigue crear y desarrollar en
los alumnos el pensamiento crítico de forma que construyan su identidad propia
y se formen como personas. Fomentando la educación integral de los alumnos y
creando una escuela más cotidiana, creativa e integradora. Respecto a estos
modelos, no suele darse uno de ellos de forma aislada, sino una combinación
entre ambos.
El camino de la innovación no ha sido un
camino de rosas ni mucho menos, debido a que ciertos factores han influido de
forma negativa impidiéndola o dificultándola. Entre esos factores estarían entre
otros, las duras críticas de neoconservadores y neotradicionales que han
culpado de todos los males de la escuela actual a las propuestas innovadoras;
los excesos idealistas, pragmáticos y fundamentalistas que han manipulado las
propuestas innovadoras por no ir encaminadas hacia el aprendizaje de contenidos
y no se han dado cuenta de que hay que adaptarse a las nuevas demandas del
sistema escolar; las apuestas por la revisión crítica de los clásicos y la
búsqueda de nuevas propuestas innovadoras… En definitiva todo esto y otros
muchos factores han provocado que se tenga una cierta desconfianza y
resistencia a la innovación. También podemos señalar como culpables de esta
obstaculización a la innovación, a la inercia institucional o la predisposición
a continuar trabajando tal como se ha hecho toda la vida, al individualismo o
al apego del profesor al aula como territorio particular, al corporativismo o a
los interés particulares de un colectivo; a la formación del profesorado, a su
capacitación y predisposición al cambio, a las lagunas en su formación inicial
y permanente; a la falta de apoyo, interés e inversión en educación por parte
de los poderes públicos; a la falta de coordinación, consenso y confianza de
los equipos educativos; a la gran carga de trabajo del profesorados impuesto
por las Administraciones… y una larga lista que podría continuar. Resulta
indignante que todo esto no nos permita avanzar en educación en pleno siglo XXI.
Al margen de las múltiples trabas que
tenemos para innovar, ¿Qué es necesario para que se produzca Innovación? Pues
es necesario mantener un equilibrio entre las prioridades de desarrollo de la
escuela y el desarrollo de la autonomía. Además, tendría que ser aprobada por
todo el profesorado llevando a cabo una investigación y reflexión como primera
persona al respecto. Para que sea factible, también se necesita la ayuda del
profesorado tanto en calidad como en cantidad y ser capaces de asumir tanto el
riesgo como la incertidumbre que ésta puede conllevar, ya que los resultados no
se empiezan a observar hasta medio o largo plazo. También se busca con ella,
relacionar la teoría con la práctica y defender dicha propuesta hasta que se
llegue a su éxito. Para que haya una innovación, esta se tiene que adecuar al
tiempo en el que nos encontramos y además adaptarse a la escuela, donde la
función de esta es que los alumnos piensen y reflexionen por ellos mismos a la
vez que se adapta a las necesidades e intereses de estos. También debe estar
reflejada en el PEC, puesto que este instrumento es el que recoge todas las
normas, metodología, filosofía y características del centro. También como se ha
señalado anteriormente, debe contar con la participación y el respaldo de todo
el profesorado, y a su vez compartir esa innovación con el entorno para que el
resto de familias e instituciones conozcan estas nuevas metodologías de
aprendizaje y las comprendan y entiendan para que posteriormente no sean
reacios a ellas. El profesor es una figura imprescindible en la innovación. El
profesor innovador, tiene que ser profesional en su labor y por ello, actuar
ante las desigualdades y discriminaciones que detecte. Debe acompañar al alumno
en su aprendizaje y ayudarlo siempre que sea necesario, comprometerse con los
cambios en las prácticas educativas asumiendo el beneficio de la duda y el
riesgo, manifestar entusiasmo en la innovación, convertir los problemas en
oportunidades y sobre todo y lo que más caracteriza a un profesor innovador,
mantener y tener la mente abierta para validar la innovación. Siendo en todo
momento coherente y consecuente con sus actos y sintiendo pasión y alegría por
transmitir conocimiento y ser realista.
En conclusión, este texto nos ha
informado sobre en qué consiste la innovación educativa, cuáles son sus modelos
y características, cuáles son los aspectos que dificultan, impiden y
obstaculizan la innovación; cuáles serían los aspectos que la fomentarían, qué
tipo y dónde están las innovaciones y por último, cómo debe ser el profesor
innovador y el gran papel que tiene en torno a la innovación educativa. En
definitiva, este texto nos prepara y nos informa para que en un futuro como
maestras sepamos y nos sea más fácil abordar esta innovación educativa, ya que
es un aspecto muy importante en la educación actual y tenemos que estar plenamente
formados en ella.
De este texto tan interesante, nos
gustaría destacar esta frase que ha tenido gran significado para nosotras: ‘’El objetivo de la escuela no es solo
organizar bien las cabezas de los futuros ciudadanos, sino también convertirlos
en buenas personas; no se quieren cabezas llenas sino bien amuebladas y
corazones sensibles y abiertos a otras personas’’. Resaltamos esta frase
respecto del resto, porque creemos que lo fundamental de toda escuela aparte de
transmitir unos conocimientos, es la inculcación constante de una educación en
valores, puesto que los alumnos deben aprender a ser solidarios, tolerantes,
empáticos…y en definitiva buenas personas para poder enfrentarse a la vida como
persona en toda su plenitud y no como mera persona que retiene mucho contenido
pero que trasladado a la práctica no sabe cómo utilizarlo ni desenvolverse con
el mundo.
Antes de concluir, nos gustaría plasmar
una última reflexión que nos ha suscitado este texto y algunas preguntas que
nos han surgido. Pensamos que si no se sensibiliza a toda la sociedad del
cambio necesario que necesita la educación en sus métodos de enseñanza
continuaremos años y años formando a personas que aprenderán contenidos y
sabrán mucho pero no sabrán después enfrentarse a la vida, al día a día, porque
únicamente nos preocupamos de que las personas sepan mucho pero no de que sean
críticas, que analicen lo que ocurre en el entorno, que reflexionen, que tomen
una postura ante determinas situaciones, que sepan defenderse ante injusticias…
Y creemos que es necesario que la educación tome otro rumbo y se aproxime hacia
un cambio que lleve consigo diferentes
ideas, procesos, estrategias, metodologías…Porque nuestra sociedad cambia y
debemos adaptarnos a esos cambios y eliminar todo lo que ya no es útil. Para
ello por supuesto, se necesitan profesores que tengan esa nueva visión y que la
transmitan a las familias, al entorno, a las administraciones…y al mundo en
general. Y que todos en conjunto reivindiquen ese cambio porque de lo
contrario, nos encontraremos en un mundo que seguirá avanzando y nuestra
sociedad no sabrá adaptarse a él.
Las preguntas que nos han surgido tras
esta lectura han sido:
- - ¿Los
profesores que no quieren apostar hacia el cambio por ‘’comodidad’’ deberían
continuar trabajando en el sistema educativo?
- - ¿Responden
las instituciones educativas actuales a las demandas del futuro?
- - ¿Cómo
se puede potenciar y motivar a los profesores para que se lancen a innovar en
sus aulas?
- - ¿Desde
dónde debe empezar el cambio: desde la escuela o desde las administraciones?
No hay comentarios:
Publicar un comentario