¿Qué
tiene que ocurrir para que se dé una innovación?
En tiempos antiguos el sistema educativo
se regía por una enseñanza bastante tradicional donde el profesor/a era la
figura de autoridad y los alumnos debían de obedecer todo lo que éste les
ordenaba, sino éstos eran castigados. Esto ha ido
cambiando, pues el docente ya no es tan estricto a la hora de ejecutar sus
órdenes, pero sí que es verdad que aunque va transcurriendo el tiempo, el
profesorado de la actualidad sigue llevando a cabo esa enseñanza.
¿Por qué ocurre esto? Pues bien, uno de
los motivos principales, es que la mayoría de esos profesores/as al no haber
recibido otro tipo de educación o enseñanza no saben cómo transmitir dicho
cambio a su alumnado, lo que hace que en muchos aspectos estén carentes de
información. Por ello hay que informar y formar a este tipo de docente para que
sepa desenvolverse con estos cambios, porque a la vez que avanza la sociedad
también tiene que avanzar la educación. Otro de los motivos es el miedo que
produce el hecho de cambiar por las consecuencias que todo esto conlleva. Los
docentes tienen miedo a no ser respaldados por sus propios compañeros, un
equipo directivo y unas instituciones, y encontrarse desamparados ante esa
situación. Por ello es muy importante que toda la comunidad educativa se
involucre y que apueste por ese cambio apoyándose unos en los otros,
facilitando información de las metodologías y propuestas que se van a llevar a
cabo en el centro. De esta manera las familias también serían más flexibles a
la hora de aceptar ese cambio, pues al saber lo que se realiza en el aula con
sus hijos y que esto además les beneficia, colaborarán y cooperarán para que
esto tenga éxito.
¿Todo es válido para innovar?
El concepto innovar, no se refiere a apostar por algo novedoso que suponga un
gasto económico elevado, sino más bien, aprovechar los recursos que se tiene a
nuestro alcance y saber “sacarles” una nueva utilidad. Mucha gente no innova
por el gasto que esto supone, y no se dan cuentan que con pocas cosas se puede
crear un mundo. No se debe innovar por necesidad, es decir, cuando el proyecto
o el centro está fracasando. No es necesario llegar a ese punto tan extremo
para innovar. Innovar significa riqueza tanto en el proceso de
enseñanza-aprendizaje del alumnado como en la calidad de la educación, pues al
innovar se apuesta por una metodología diferente donde se tiene en cuenta las
necesidades y el nivel de cada alumno y donde además se capta el interés de
estos, creándoles el gusto por aprender de una manera más lúdica y menos
memorística.
En
todo proceso de innovación el docente debe actuar como guía en el aprendizaje
de su alumnado, ayudándoles a crear nuevos conocimientos partiendo de los
conocimientos previos que tiene cada alumno, se debe fomentar el aprendizaje
cooperativo eliminando la competitividad entre el alumnado, porque entre todos
se obtiene un gran trabajo. Es muy importante llevar a cabo una metodología por
proyectos donde los alumnos/as sean evaluados por los trabajos que desempeñan
en el aula y por sus progresos, no con una nota calificativa donde se les
encasille y seleccione según sus conocimientos adquiridos.
Para
que todo esto se pueda realizar, desde los propios centros educativos se debe
otorgar más autonomía al docente a la hora de llevar a cabo su metodología
dentro del aula. En la actualidad, el rol del profesorado está cambiando, ya no
es un mero transmisor de conocimientos, sino que está adoptando el rol de
investigador, es decir, actúa como observador dentro de su aula, comprobando
qué aspectos debe mejorar y cuáles debe eliminar. Después, éste realiza una
reflexión personal de lo que ha observado donde anota los aspectos que va a
tratar para ponerlos en práctica, atendiendo y adaptándose a las necesidades de
cada alumnado. Con esta reflexión del propio docente, se creará una nueva
metodología ajustada a las necesidades de su alumnado y además se captará el
interés de estos por aprender, pues el profesorado con esta acción observa los
gustos que tienen sus educandos y a la vez mejora su calidad de educación. Con
este nuevo rol del profesor/a, éste debe estar en continua formación pues al
indagar necesita adquirir nuevos conocimientos que le permitan aproximarse a
una metodología lo más acorde a su tipo de alumnado, y para ello debe contar
con la aportación de ideas y la colaboración de otros docentes para que esta
idea se promueva y se expanda por todos los centros educativos con el fin de
incentivar esta idea y de retroalimentarse.
¿Es posible llevar a cabo una innovación en nuestras aulas? Si es
posible, si todos colaboran en que esto tenga éxito, además se debe avanzar al
igual que avanza la sociedad, porque si nos acomodamos a la enseñanza que se
está impartiendo en la actualidad por miedo a fracasar siempre viviremos en una
“caverna donde nunca se verá el sol”.
Por ello hay que apostar al cambio porque ya se parte con una negativa, pues
vamos a hacer que se convierta en positivo, siempre hay tiempo para volver
atrás.
En
definitiva, se le debe de otorgar mayor protagonismo al rol que desempeña el
profesorado en su aula, pues sólo de esta manera podrá llevar a cabo una metodología
acorde a las necesidades y gusto de su alumnado, haciendo que además de captar
su interés, estos muestren motivación por aprender.
Para
que esto no suponga un impedimento tanto por parte de las familias como del
propio centro hay que mantenerles informados de todo este proceso y hacerles
participes en cierta manera, colaborando y respaldando esta iniciativa. Esto
hará que al estar informados se sientan más seguros por ser conscientes de lo
que se les imparte y cómo se realiza dicho aprendizaje con sus hijos/as dentro
del aula y comprobando que dichos resultados les benefician a sus hijos/as por
lo que no pondrán ningún obstáculo y por lo tanto no serán reacios a estos
nuevos cambios.
Laura
Martínez Esteban- 1º Educación Infantil B3